1622
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¿Recuerdas ese día?
Cuando el sol estaba en su máximo esplendor con su reverberante luz de medio día.?
Yo lo recuerdo perfectamente, había llegado en barco negrero junto a otros seis miserables curtidos por la desdicha y la pena de ser capturados tras nuestros pillajes de piratería.
Tu, hermosa, elegante y solemne, con tu glamuroso corset infranqueable, con tus murallas estratégicamente a las doce.
Percibí tu aroma cuando pasaste por el pantalan rumbo a La fragata que te llevaría por el ultra mar y seguramente desaparecerías por siempre de mi vida.
Pero te quedaste parada mirándome y te hiciste a bordo del negrero luego te acercaste a mi,
Tus mejillas de porcelana diáfanas y hermosamente constituidas eran cuál elixir de libertad y perdón a un castigo por recibir.
Con tu voz en pecho preguntaste. ¿de que se le acusa a este hombre?
Y una voz descolorida y profunda contestó.
–De pillaje Leydi.–
–Bueno pues yo pago su fianza y pago por sus delitos.–
Acercaste tu mano dadora de libertad, compasión y cariño a mi frente herida por mil soles, con tu pañuelo de seda secaste mi sudor y me miraste fijo a los ojos, susurraste a los vientos que surcaban mi ímpetu.
Calma marino estás en buenas manos, y desbordé a ti mi sonrisa de media asta.
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